Vilafranca del Penedés, reconocida como ciudad sostenible

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La denominada capital del vino catalana, Vilafranca del Penedés, lleva desde 2014 apostando por la sostenibilidad a través de su proyecto LIFE+. Su objetivo es generar bioenergía a partir de la materia orgánica que se obtiene tras la poda de los viñedos. Este plan estratégico para proporcionar energía a las bodegas de la comarca y sus áreas urbanas le ha valido a Vilafranca el premio ‘Ciudad sostenible en el ámbito de la gestión de residuos’ que otorga la Fundación Fórum Ambiental con el apoyo del Ministerio de Agricultura.

Estos galardones se otorgan desde 2002 para reconocer a aquellos municipios de más de 5.000 habitantes comprometidos con la sostenibilidad en un período de dos años. Cuentan con el soporte del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente en colaboración con Ecoembes, una sociedad sin ánimo de lucro constituida por empresas que apoyan el reciclaje y gestión adecuada de residuos.

A la entrega del premio asistió la Ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, el Alcalde de Vilafranca del Penedés, Pere Regull, y el Concejal de Medio Ambiente, Josep Maria Martí. / Foto: Turisme Vilafranca.
A la entrega del premio asistió la Ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, el Alcalde de Vilafranca del Penedés, Pere Regull, y el Concejal de Medio Ambiente, Josep Maria Martí. / Foto: Turisme Vilafranca.

El proyecto, con un presupuesto de 1,3 millones de euros, se desarrolló de junio de 2014 a noviembre de 2016 para demostrar el funcionamiento del círculo de la biomasa. Las pruebas piloto se realizaron en dos bodegas y en una zona de equipamentos públicos de la localidad. El cultivo de la viña proporciona anualmente un sobrante orgánico de unas 30.000 toneladas que hasta ahora se quemaba sin ningún aprovechamiento energético. Gracias a este proyecto se pretende que esta materia vegetal tan abundante en la zona, tratada como resíduo, se transforme en energía térmica.

El Ayuntamiento de Vilafranca coordinó este proyecto, en el que también colaboraron la cooperativa vitivinícola Covides, garante del suministrto de la biomasa, la cooperativa de iniciativa social y centro especial de trabajo Nouverd, e Innovi, clúster de las empresas del vino y el cava, consumidores de la materia desechable de los viñedos.

Todos sus esfuerzos iban dirigidos a un objetivo muy claro: generar bioenergía de manera descentralizada y próxima, reducir las emisiones de dióxido de carbono, abaratar el coste de la energía y crear puestos de trabajo. Una estrategia local para mitigar los efectos del cambio climático al tiempo que permita a las empresas del sector del vino y el cava ser más competitivas, contribuyendo a conseguir “un área económica de alto valor añadido” al territorio de la Denominación de Origen Penedés.

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