Al encuentro del sol jamaicano

Ahora que una buena parte del planeta se cubre de nieve o soporta temperaturas no aptas para los más frioleros, no parece mala idea escapar a una bella isla soleada, en familia o con amigos.

La herencia africana está muy presente en la vida y la cultura de la isla que hemos escogido como destino para despedir el año o pasar unas navidades nada típicas, calentitas y dándonos unos chapuzones en aguas cristalinas. Estas fechas son ideales para viajar hasta Jamaica.

Los jamaicanos son gentes encantadoras y muy orgullosas de sus raíces. Estamos en un país que fue primero colonia española y más tarde británica, hasta que el 6 de agosto de 1962 consiguió su independencia.

Visitamos Jamaica, un país tropical de exuberante vegetación y playas de arena blanca. Cálida, exótica y llena de sonrisas, esta tierra rica en naturaleza, también conocida como “isla del sol”, es el paraíso de los amantes del reggae, una combinación de diferentes ritmos musicales que hizo famoso en todo el mundo al gran Bob Marley.

En todos los rincones de la isla está presente la figura del músico universal, que en 2017 hubiera cumplido 72 años.

Nació en la pequeña localidad de Nine Mile, situada a poco más de una hora de Ocho Ríos. Allí puede visitarse el lugar de su nacimiento y también el sitio en el que está enterrado. Incluso podemos ver su casa de la infancia y una cabaña con algunas habitaciones que contienen recuerdos de la familia del cantante.

Jamaica es la cuna de la denominada cultura “rastafari”, toda una filosofía de vida. Los “rastas” son conocidos por algunos tópicos como sus largos y trenzados cabellos, llamados “dreadlocks”, por la música reggae y por su hábito de fumar cannabis. Por cierto, este último es un aspecto que puede llamar nuestra atención en cualquier momento durante nuestra estancia en la isla. No nos extrañemos si algún lugareño nos ofrece marihuana en alguna playa o lugar público.

La cultura “rastafari” es una fusión de tradiciones africanas con influencia caribeña. Su estilo de vida refleja el cuidado y el amor por la naturaleza y la humanidad. Este movimiento espiritual surgió en la primera mitad del siglo XX en Jamaica.

Playas de postal

Uno de los grandes atractivos de la isla son sus playas de arena blanca. Presentan el mismo aspecto paradisíaco que estamos acostumbrados a ver en algunos catálogos de viajes.

Hay playas para todos los gustos. Una de ellas hará las delicias de los aficionados a los agentes secretos y a las bebidas “agitadas pero no revueltas”. La James Bond Beach es una preciosa playa dedicada al famoso agente 007. El nombre no es casual y responde a que el autor del conocido espía, el escritor Ian Fleming, escribió algunas de sus novelas precisamente aquí, en un lugar de esta playa llamado Golden Eye.

La playa Negril se caracteriza por su gran longitud, alrededor de once kilómetros, y por su ambiente siempre animado y amigable. Por su parte, Blue Lagoon es una de las más populares de toda Jamaica, especialmente apreciada por sus increíbles aguas azules y cristalinas. En general, todas ofrecen grandes posibilidades deportivas: desde submarinismo, vela o surf, hasta paseos a caballo o aventuras en canoas. Además, existen numerosos campos de golf, especialmente en puntos como Negril, Montego Bay y Kingston, la capital del país. Hablando de Kingston…

Excursión a la capital de la isla

A Kingston le precede cierta fama de insegura, no así al resto del territorio, especialmente el destinado al turismo, donde vamos a poder disfrutar sin preocupaciones.

Nuestra estancia en la isla coincidió con los días previos a las elecciones del país y es cierto que nos aconsejaron no acercarnos a la capital, argumentando que podría producirse algún enfrentamiento entre partidarios de diferentes signos políticos y esto nos arruinaría la visita. Sin embargo, en períodos normales, tomando las oportunas precauciones y evitando los barrios más problemáticos, no hemos de dejar de echar una ojeada a esta ciudad llena de vida y acercarnos, por ejemplo, al Museo de Bob Marley, a la Galería Nacional, para ver interesantes colecciones de pinturas y esculturas, o realizar un recorrido por La Casa Devon, una construcción de finales del siglo XIX que perteneció al primer millonario de raza negra de Jamaica y que hoy es Patrimonio Histórico.

Paisajes y naturaleza vibrante

Los amantes de la naturaleza están de suerte en Jamaica. Además de las fantásticas playas, descubrirán paisajes y entornos increíbles. Es obligada una visita a las cascadas de Port Antonio, una auténtica belleza, además de un placer si nos animamos a bañarnos en sus piscinas naturales.

También es buena idea acercarse al parque Green Grotto Caves, las cuevas que se encuentran en la costa norte de Jamaica, cerca del lugar en el que Colón desembarcó por primera vez. Es un viaje fascinante que concluye con la visión de un precioso lago subterráneo.

Otra acertada opción es visitar los magníficos acantilados de Negril y disfrutar de sus vistas. La zona tiene gran cantidad de servicios: bares, restaurantes, hoteles… Ver una puesta de sol desde este punto de la isla es una experiencia inolvidable. Por cierto, no nos sorprendamos si algún atlético jamaicano decide darse un chapuzón lanzándose al mar desde estos acantilados. ¡Todo un espectáculo!

Los más valientes deberían apuntarse a una excursión por el Black River y ver cocodrilos a tan sólo unos centímetros de distancia, e incluso acariciar al animalito si nuestro guía nos indica que éste ya ha comido y no corremos ningún riesgo. Este paseo en barca por el Río Negro también nos impactará por la belleza natural del entorno.

Sabores jamaicanos

La cocina del país, con aromas a leche de coco, está llena de sabores exóticos y de productos autóctonos de nombres que a los visitantes nos resultarán curiosos.

El ackee es la fruta nacional del país. El típico desayuno se compone de esta fruta y de pescado salado. Sin esto no nos parece atractivo, siempre podemos recurrir a un desayuno más convencional.

El patty jamaicano es una empanada que se rellena de especias y de diferentes ingredientes: carne picada, gambas, verduras… Ideal para acompañar con una de las deliciosas cervezas de la isla.

Si hemos de destacar algunos productos del país, citaremos dos de los grandes orgullos jamaicanos: el café y el ron.

El café Blue Montain proviene de las preciosas Montañas Azules, lugar que resulta un auténtico paraíso para el cultivo de esta variedad de café. Con más de dos mil metros de altitud, son unas de las montañas más altas del Caribe. No nos resistamos a comprar algunos paquetes de este producto que se ha ganado el apelativo de “uno de los mejores cafés del mundo”.

Por su parte, el ron local es otro motivo de orgullo para los jamaicanos. Comenzó a destilarse por primera vez en las plantaciones de caña de azúcar del Caribe en el siglo XVII y ha pasado a formar parte de la historia de la isla.