Normandía

​Honfleur: belleza marinera en el corazón de Normandía

Ubicada en la desembocadura del río Sena, la pequeña ciudad francesa de Honfleur se encuentra en la bella región de Normandía. En este pueblo marinero, el encantador puerto se convierte en el gran protagonista. Está rodeado por edificaciones de colores pastel que se reflejan en el agua y que ofrecen una mágica postal. Honfleur cuenta con la iglesia de madera más grande del país y con un faro levantado en el siglo XVII que aún sirve como guía para los navegantes.

​Étretat: un paseo entre bellos acantilados y curiosos jardines

Al norte del país galo, en Normandía, la naturaleza ha creado uno de los paisajes más singulares y espectaculares del mundo: el conocido como “Ojo de la Aguja” de la playa de la localidad de Étretat. Con alrededor de mil quinientos habitantes, esta población francesa es muy frecuentada por el turismo gracias en buena manera al reclamo de su excepcional paisaje que ha servido de inspiración a muchos artistas. Su pequeña capilla y sus especiales jardines completan una visita que nunca defrauda.

​Le Havre, de los paisajes impresionistas a la ciudad impresionante

Aunque algunos de los grandes momentos de Le Havre, la puerta del Sena al mar, se sitúan a finales del siglo XIX, cuando los grandes pintores impresionistas como Monet, Pisarro, Renoir, Sisley, Boudin o Raoul Dufy plasmaron en sus cuadros la belleza de su paisaje y de sus alrededores, como Etretat, Deauville, Honfleur y la un poco más lejana Giverny donde Claude Monet vivió durante 42 años, y el comienzo del siglo XXI vio la grandeza de las obras de grandes arquitectos.

El Monte Saint-Michel y la abadía que juega con la marea

Esta pequeña isla rocosa coronada por un complejo monástico benedictino se construyó hace más de mil años en memoria de la aparición del arcángel Miguel. Se encuentra en una bella bahía famosa por acoger las mareas más grandes de Europa.

​Visita al refugio de Monet, donde creó cientos de pinturas y un maravilloso jardín

Cualquier recorrido para seguir las huellas de Claude Monet en Normandía comienza por donde debería acabar, el lugar donde pasó más de la mitad de su vida y donde murió el 5 de diciembre de 1926. Se trata de Giverny, un pequeño pueblo a orillas del Sena con a penas 500 habitantes, de la casa donde vivió y, sobre todo, del bello jardín que creó y cuidó y que fue inspiración para algunas de sus mejores pinturas.