En el corazón verde de Italia, donde las colinas onduladas se encuentran con la historia, se alza Perugia, una ciudad que cautiva con su encanto medieval y su vibrante energía. Capital de la región de Umbría, Perugia, conocida como "la ciudad de chocolate", es un destino que invita a perderse en sus callejuelas empedradas, descubrir tesoros artísticos y saborear la auténtica vida italiana.
Me asomo al mirador de San Pedro y vivo una explosión de sentimientos. A mis pies se despliega una extensa platanera que rodea varias casas. El azul profundo lo busco en el horizonte. Los barrancos derrochan cuestas que van a parar al mar con sugestivos farallones que causan respeto. Forman pequeñas calas, entrantes, puntas soberanas hacia Garachico, al oeste, o hacia el Puerto de la Cruz, por el este.
La época estival es el período elegido por los viajeros para acercarse a las costas y disfrutar de un agradable baño y, si la ocasión y el terreno lo amerita, llevarse una bella postal de recuerdo. De estas, en la Ría da Estrela las hay a decenas. Pero también hay otros rincones más peculiares, quizás fuera del radar de muchos bañistas de toalla al hombro y nevera. En Galicia, en la más alta de las Rías Baixas tienes aún muchos secretos que descubrir.
La calle Divan Yolu goza de una animación especial durante casi todo el día. Por la noche, sus tiendas permanecen abiertas y sus luces iluminan las aceras. Por la mañana, los visitantes de Estambul se afanan en seguir a su guía o consultar sus planos, o Google Maps. Su destino suele ser la plaza Sultanahmet, con Santa Sofía y la Mezquita Azul, para continuar hacia el palacio de Topkapi.
Hay islas que se rinden al sol y al mar. Menorca, en cambio, decidió resistir. Con elegancia, con firmeza, con esa sobriedad mediterránea que la hace única. Aquí, cada torre vigía es un verso en piedra, cada castillo un capítulo de una epopeya escrita entre invasiones y mareas. Tres castillos. Quince torres. Dos bastiones. Un portal. Cuatro museos. Menorca despliega su historia militar como un mapa que ofrece itinerarios de belleza.
Ubicada en la costa norte de Perú, Chiclayo lleva años consolidándose como un destino clave para el turismo cultural, arqueológico y natural del país. Su combinación de legado ancestral, tradiciones y hospitalidad local la han convertido en una ciudad admirada por viajeros y especialistas. Ese reconocimiento ha cobrado una nueva dimensión tras el recuerdo que el papa León XIV le dedicó en su primer discurso como pontífice.
El macizo montañoso de Fruška Gora se localiza al norte de Sirmia, en la provincia de Vojvodina (Serbia). Es una combinación de paisajes naturales espectaculares, monasterios e historia. Cubre un área de unos 80 kilómetros de largo por 15 kilómetros de ancho que se prolonga hasta la cercana Croacia, que acoge una parte. De los treinta y cinco monasterios que se construyeron aún perviven diecisiete.
En el corazón de la siempre sorprendente y variopinta Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, donde el sol dora los campos de cereal y el viento susurra entre las encinas, surge un milagro de la geología: el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera. Un espectáculo acuático de tonos turquesa y esmeralda, donde el agua, caprichosa y generosa, se derrama en cascadas entre lagunas, tallando un paisaje de ensueño.
Camaleño, en pleno Parque Nacional de los Picos de Europa, es un tesoro del norte de España que combina patrimonio histórico, belleza natural y cultura popular. Desde el Monasterio de Santo Toribio de Liébana hasta sus pintorescas aldeas, el municipio ofrece una experiencia auténtica al visitante. Sus rutas de senderismo, su cocina de montaña y sus leyendas centenarias convierten a este destino en un imprescindible para los viajeros.
Nos trasladamos a Konya, la ciudad más sagrada de Anatolia y un importante centro de peregrinación donde se encuentra la tumba de Mevlana. Rodeamos la colina Alaadin Tepesi, antigua ciudadela medieval o la Acrópolis en la antigüedad, donde se alza una imponente mezquita. Si nos desplazamos por la calle Mevlana, alcanzaremos el monasterio y el mausoleo de Rumí. Junto a ellos admiramos la mezquita del sultán Selim II, de 1567.