Este municipio cántabro, bañado por los afluentes del río Deva, disfruta de un singular clima y un paisaje de alto valor ecológico. Cillorigo de Liébana sorprende al visitante por su riqueza histórica y artística, ya que aquí se puede conocer el vestigio mozárabe más importante de Cantabria: la Iglesia de Santa María de Lebeña. Además, los sabores de esta tierra cautivan al viajero con su orujo tradicional y queso de Bejes.
En pleno corazón de la Comarca de Liébana y atravesado por el impresionante Desfiladero de la Hermida, se encuentra Cillorigo de Liébana, un municipio rico por su patrimonio histórico-artístico, con manifestaciones de diferentes épocas y estilos. Los pueblos que lo conforman actualmente aparecen documentados desde la baja Edad Media.
La historia de Cillorigo de Liébana está ligada a las antiguas vías de comunicación que cruzaban la Cordillera Cantábrica y al legado medieval que aún se respira en iglesias románicas, torres defensivas y casonas. Entre ellas destaca la iglesia de Santa Maria de Lebeña, del siglo X, por ser el vestigio mozárabe más importante de Cantabria. También destaca la iglesia de San Juan Bautista, una edificación neoclásica de 1919, o la iglesia de San Sebastián, de origen prerrománico, del siglo IX.
Pero Cillorigo de Liébana no es solo piedra y pasado;es también aroma y sabor. Su microclima permite el cultivo de viñas y productos locales como el afamado orujo lebaniego, elaborado artesanalmente en las tradicionales alquitaras. Platos como el cocido lebaniego, las carnes de caza o el queso con D.O.P. Picón Bejes-Tresviso, completan un recetario que reconforta el cuerpo tras recorrer sus sendas y miradores.
Paisajes que quitan el aliento, pueblos que conservan el alma montañesa y una hospitalidad que hace sentir al viajero como en casa, definen a la perfección el municipio de Cillorigo de Liébana, un destino aún por descubrir que invita a detener el tiempo y dejarse llevar.
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