Aceptémoslo... cuando visitamos una nueva ciudad no nos conformamos con visitar las típicas atracciones turísticas, comprar postales en la tienda de souvenirs y acabar comiendo en el McDonald’s del centro. Queremos descubrir la verdadera esencia de la ciudad, visitar los más bellos rincones ocultos que sólo conocen los que viven allí y hacernos la boca agua con las especialidades locales más exquisitas.