En el océano Pacífico se encuentra un rincón del mundo tan diminuto como fascinante: Nauru. Este pequeño país insular, con menos de 21 kilómetros cuadrados, es oficialmente la nación más pequeña del mundo, sin contar con ciudades-estado como Mónaco o el Vaticano. A pesar de su tamaño, Nauru ofrece una rica historia y una variedad de actividades para el viajero intrépido que busca destinos fuera de lo común.
El paraíso existe y, sin duda, Tahití es su máximo exponente sobre la Tierra, con un clima cálido durante todo el año, una tradición cultural excelentemente preservada y un entorno de película, flanqueado por arrecifes de coral, una exuberante vegetación tropical y aguas con un sinfín de tonalidades azules. Conecta con la fragancia de sus flores, la hospitalidad de sus habitantes, el espíritu local, su biodiversidad marina y su rica y variada gastronomía.