Se acerca la Semana Santa, unos días en los que muchos aprovechan para desconectar y preparar algún viaje para amenizar la espera hasta las vacaciones de verano. La playa, el pueblo o incluso volar más allá de nuestras fronteras. Cualquier opción es válida para olvidarnos por un breve periodo de tiempo del ajetreo diario. Sin embargo, no realizar una revisión previa de nuestro vehículo puede convertir el viaje en una auténtica odisea.
Los vehículos son muy sensibles a los cambios de estaciones con sus correspondientes variaciones en temperatura, afectando de lleno a algunos de sus componentes. Es el caso de la batería, un elemento que sufre como pocos el termómetro y, ante una falta de revisión, puede dejar al conductor tirado y con hasta 250 euros menos en la cuenta. Y no es el único elemento que padece los cambios de temperatura.
Con la llegada del otoño, se vuelve imprescindible hacer una nueva revisión del estado del vehículo, debido a las condiciones climatológicas derivadas de esta estación como la disminución de horas de luz, el aumento de las lluvias y tormentas, la aparición de niebla con mayor frecuencia y el descenso paulatino de las temperaturas. Descubre qué aspectos del vehículo es prioritario examinar durante estos meses del año, con el fin de evitar contratiempos.
Semana Santa es el periodo del año en el que se realizan más desplazamientos en un corto periodo de tiempo. Tener el vehículo listo antes del viaje puede escapar, a veces, al control de los conductores. ¿Hay una rueda pinchada de última hora? ¿La batería ha dejado de funcionar justo antes de arrancar? ¿Es necesario llevar un maletero de techo porque no entra todo el equipaje? ¿No se han revisado a tiempo los principales puntos de control del vehículo?