‘Lo que más me gusta de viajar es el contacto con el otro, las historias personales que voy recopilando a lo largo de mis viajes’

La autora del blog ‘Lápiz nómada’, Andrea Bergareche, nos habla de su último libro ‘Yo viajo sola’ y de sus aventuras viajeras por el planeta
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Periodista, escritora e ilustradora, Andrea Bergareche es una jovencísima viajera que a sus 26 años ya ha recorrido más de 20 países. Como reza el título de su libro ‘Yo viajo sola’ –Lunwerg Editores-, nada le gusta más que lanzarse a la aventura y recorrer el mundo sin más compañía que sus mochilas y su incombustible ánimo. Confía en que su experiencia sirva a otras mujeres a liberarse del miedo y de los prejuicios y se decidan a cumplir sus sueños viajeros. Como ella misma afirma en referencia a la aventura de viajar: ‘Si emociona pensarlo, imagínate hacerlo’.

Otro compañero que siempre va con ella es ‘Lápiz nómada’, un personal blog de viajes que cuenta con una numerosa comunidad de seguidores, en el que plasma las impresiones, aventuras y situaciones que van apareciendo en su camino.

Andrea Bergareche se encuentra en este momento viajando. No podía ser de otra manera. Recorre el sur de la India, lugar desde el que tiene la amabilidad de conversar con nosotros.

Andrea Lápiz Nómada  Revista Viajes y Lugares

¿Qué te motiva a viajar sola por primera vez? ¿Cuáles fueron las razones y el destino de tu primer viaje en solitario, sin amigos ni familiares? 

Mi primer destino en solitario fue México a donde me fui gracias a una beca de estudios. Me fui sola pero sabiendo que había una universidad esperándome, lo que además de darme seguridad me facilitaba mucho las cosas. Hace mucho que tenía ganas de irme lejos, de independizarme de la tierra que me había visto crecer y de la gente que me había sostenido hasta ese momento. Tenía ganas de descubrir otras culturas, de desafiarme a mí misma, de explorarme en otro contexto. Así fue como me enamoré locamente de México y durante los tres años siguientes estuve yendo y viniendo.

Fue viviendo en México, en Cancún, cuando decidí emprender mi primer viaje en solitario con una mochila a la espalda. Llevaba meses hablando con mi amiga Marina y planeando un viaje juntas por Sudamérica pero, como suele pasar, nuestros tiempos nunca cuadraban. Por eso, un día, cansada de la vida que llevaba en Cancún, decidí comprar un vuelo a Buenos Aires, hasta donde llegaría mi amiga Marina. La excusa y la idea era ir a visitarla y luego, desde Buenos Aires, emprender un viaje a Paraguay donde tenía otro buen amigo, aprovechando para visitar las Cataratas de Iguazú. La idea era viajar solo dos meses pero terminé viajando siete y llegando hasta Colombia. Creo que si desde el principio me hubiese planteado un viaje tan largo nunca me habría animado, pero el hecho de ir improvisando hizo que me enganchara la libertad de viajar y así fue como seguí avanzando más de lo planeado.

¿Cómo encajaron los tuyos tu decisión de convertirte en nómada solitaria? 

Tengo una familia bastante viajera, de hecho, parte de mis ganas de viajar me vienen de mis padres que me inculcaron la pasión viajera desde pequeña, así que cuando les dije que iba a emprender un viaje en solitario no se extrañaron demasiado. Fueron mis abuelas las que pusieron el grito en el cielo y algunas amigas las que me preguntaron cuál era la necesidad de irme tan lejos, pero, en general, recibí apoyo de mi entorno.

Andrea Khe Shan Vietnam   Revista Viajes y Lugares

A pesar de tu juventud, ya has recorrido más de 20 países. ¿Qué es lo que más te gusta de recorrer el planeta y cuánto tiempo destinas a viajar a lo largo del año? 

Lo que más me gusta de viajar es el contacto con el otro, las historias personales que voy recopilando a lo largo de mis viajes. No viajo tanto por el hecho de visitar monumentos y, aunque disfruto mucho de la naturaleza, tampoco ésta es mi motivo principal. Lo que me impulsa a viajar es descubrir cómo vive la gente en otros lados del planeta, poder conversar, conocer gente con nombre propio que es la que da sentido a mis viajes. En cuanto a los tiempos, va variando a lo largo de cada año. Este pasado año por ejemplo he viajado menos porque estaba enfrascada en el proyecto del libro, pero este año mi idea es estar viajando ininterrumpidamente.

¿Cuáles crees que son los principales miedos o problemas a los que se enfrenta una mujer a la hora de viajar sola? ¿Cuáles fueron los tuyos? 

Tanto por mi experiencia propia como por las viajeras que he conocido y por los emails que me envían algunas de las lectoras de mi blog, creo que los principales miedos a la hora de viajar solas son cuatro: el miedo a que nos pase algo –a que nos roben, nos violen o atenten contra nosotras–, el miedo a quedarnos sin dinero viajando, el miedo a sentirnos solas y el miedo a enfermarnos.

En mi caso recuerdo preguntarme constantemente antes de mi primer viaje qué carajos iba a hacer yo sola en un país desconocido, quién diablos me había mandado emprender una aventura así. Creo que lo que más me asustaba era el desconocimiento, el no saber qué me iba a encontrar o cómo me las iba a arreglar.

Existen muchas mujeres que aún no se animan a viajar solas, ¿con qué argumentos las invitarías a hacerlo? 

Si realmente tienes ganas de viajar no sigas esperando, vida tenemos solo una y el mejor momento es ahora, porque nunca seremos más jóvenes ni tendremos más energía. Yo cuando envejezca quiero mirar atrás y arrepentirme más de lo que hice que de lo que dejé de hacer, porque los quizás son siempre como espinas. Deja de escuchar a quien te dice que no viajes, a quien te recuerda los peligros o todo lo que te puede pasar si te animas a viajar sola, porque seguramente esas personas nunca han viajado o no han experimentado lo que es viajar en solitario. Pregunta a viajeras que ya hayan hecho un viaje, rodéate de gente viajera y empieza desde ya a ahorrar o a buscar formas de financiarte en ruta en lugar de seguir posponiendo tu primer viaje. Te aseguro que viajar es mucho más fácil de lo que imaginas y que esos miedos que tienes desaparecerán en el momento en el que aterrices y te des cuenta de que somos muchas mujeres en ruta, muchos viajeros con ganas de interactuar y muchas las facilidades a la hora de viajar.

Andrea B.   Revista Viajes y Lugares

En tu libro ‘Yo viajo sola’ ofreces una serie de prácticos consejos para lanzarse a la aventura sin compañía pero con seguridad. Destácanos algunos… 

Al final, lo más importante a la hora de viajar para mantener la seguridad es tener sentido común. La mayoría de las veces no hace falta tomar precauciones extraordinarias, simplemente seguir el sentido común y no exponerte a situaciones a las que no te expondrías estando en casa. Aún así, nunca está de más viajar comunicada, evitar viajar de noche o caminar por calles oscuras y desconocidas sin compañía, así como evitar viajar con objetos de valor y exponerlos a la vista. Otro buen consejo es llevar siempre algo de dinero en efectivo repartido en varios sitios, así como al menos dos tarjetas de crédito/débito para que, en caso de sufrir un robo, siempre tengamos otra de repuesto. Una copia de nuestros documentos en el email puede sacarnos también de un apuro.

¿Evitas visitar algún país o países por el hecho de ser mujer? 

Evitar como tal no, pero sí que en ocasiones he elegido un destino sobre otro porque he considerado que podría ser menos complicado o peligroso. Hace algunos meses, por ejemplo, me planteé emprender un viaje en furgoneta desde España hasta Asia. A la hora de organizar el itinerario me di cuenta de que la idea de cruzar Paquistán con un escolta armado con una K-47 sentado en el asiento de copiloto durante centenares de Kilómetros, como hizo Jorge Sierra de Naranjito, en una carretera en la que solo hay desierto alrededor y en un país en el que la mujer apenas tiene autoridad, no solo no me motivaba demasiado sino que era poco alentadora. Por eso y por otras razones (como la dificultad de entrar con vehículo propio a Myanmar o China), decidí volar directamente al Sudeste y así evitar exponerme a situaciones innecesarias en las que seguramente no me iba a sentir demasiado cómoda.

Por similares razones aún no me he animado a adentrarme demasiado o a viajar por la mayoría de países musulmanes y por gran parte de África. He tenido pequeños contactos, pequeños viajes a los países más fáciles, pero estoy segura de que algún día me animaré a recorrer el resto porque, aunque en algunas culturas sí que es más difícil viajar sola por el hecho de ser mujer, es una oportunidad de conocer cómo viven las mujeres en otros lugares y de darnos cuenta de lo afortunadas que somos por nacer donde lo hemos hecho.

¿Hay algún aspecto de recorrer el mundo en solitario que no te guste? ¿Cuál? 

Los peores momentos para mí son aquellos en los que me enfermo, esos en los que me siento débil y vulnerable y echo de menos tener alguien cercano a mi lado. El simple hecho de salir a conseguir una sopita caliente cuando estás enferma y no tienes fuerza para salir de la cama se vuelve todo un desafío. Por suerte, casi siempre conoces gente que te echa una mano y te cuida.

Andrea La Habana   Revista Viajes y Lugares

Siempre viajas en compañía de tu mochila. Imagina que nos das permiso para abrirla. ¿Qué nos vamos a encontrar en ella? 

Siempre viajo con dos mochilas, una grande a la espalda y otra más pequeña delante de la que nunca me despego. Si abrís la de delante ahora mismo encontraréis la cámara de fotos, un IPad, un disco duro, unos cascos para escuchar música, el Kindle para leer, un candado, una navaja, el diario, una bolsa con el cargador del móvil y del IPad y una pequeña cartera con el pasaporte, el carnet de conducir internacional y otros papeles importantes.

Si abrimos la mochila grande que llevo a la espalda encontraremos la poca ropa con la que viajo: tres camisetas de tirantes, dos de manga corta y una de manga larga, un pantalón corto, otro largo y unas mallas, una sudadera normal y otra más fina y térmica, ropa interior, un bikini, unas deportivas, unas chancletas y unas botas de monte, además de un pañuelo. Además llevo un saco-sábana de seda para dormir, un neceser con cremas hidratantes y de sol, pasta de dientes, champú, jabón y un par de básicos que me sirven de botiquín, y también un anti mosquitos. Llevo otra bolsa con el cargador de la cámara y del Kindle y otro candado para cerrar las taquillas en los hostales. Ese es todo mi equipaje.

Al título de tu libro, ‘Yo viajo sola’, cabría añadirle ‘…y me muevo haciendo autostop’. Imaginamos que es un sistema de transporte en el que cabe tomar ciertas precauciones, ¿no? ¿Has vivido alguna situación difícil viajando a dedo? 

No sé si he tenido mucha suerte o que las historias para no dormir que acostumbramos a escuchar son menos frecuentes de lo que realmente imaginamos, pero en los más de 200 coches en los que he viajado a dedo nunca he tenido una situación realmente difícil. Solo una incómoda cuando un camionero se ofreció a hacerme un masaje. Esa ha sido la situación más tensa que he vivido y se quedó en una negativa que aceptó sin insistir. El resto de experiencias han sido siempre buenas, algunas realmente buenas. Al final la gente siempre trata de echarte una mano y así es como muchas veces los conductores me han invitado a comer o incluso han llenado mi mochila de comida para el siguiente tramo.

Aún así, algunas precauciones como viajar siempre comunicada o hacer autostop en sitios donde haya más gente alrededor nunca están de más y, por supuesto, mi regla de oro es no hacer dedo de noche.

Andrea   Revista Viajes y Lugares

¿De qué manera te influyen y ayudan tus estudios de Bellas Artes y Periodismo a la hora de ver y apreciar el mundo en tus viajes? 

Creo que ambos me han hecho tener una mente más creativa y narrativa. Viajo no tanto por visitar lugares sino por conocer a gente en mis viajes. Me gusta coleccionar historias, nutrirme de nombres personales, conocer a gente local, inmiscuirme lo más posible en la cultura para no solo ver, sino también entender. Además, Bellas Artes me ha dado mucha flexibilidad y capacidad de improvisar y me ha permitido quedarme durante más tiempo en algunos destinos teniendo la oportunidad de pintar murales, tanto en solitario como con niños y gente local.

Eres periodista, escritora, ilustradora y también tatuadora. ¿Cómo te inicias en este último oficio? ¿Es cierto que gracias a él te costeas los viajes? 

Mi inicié en el mundo del tatuaje por casualidad. Siempre me han gustado los tatuajes y ya tenía algunos pero nunca me había planteado la posibilidad de aprender a tatuar. Fue en mi primer año en Ciudad de México cuando, buscando un cuarto al que mudarme, llegué por recomendación de unos amigos a una casa en la que tenían una habitación libre. Esta casa resultó tener un estudio de tatuaje privado al que me gustaba entrar simplemente a observar. Un día llegó un amigo de los tatuadores con el que hice buenas migas y al ver mis dibujos me pidió que le tatuase, ante lo cual le dije que no tenía la más mínima idea. Ante su insistencia acabé pidiéndoles a los tatuadores que me dieran unas nociones y me dejaran su equipo para probar y así fue como a partir de ese primer tatuaje, empecé a aprender practicado en algunos amigos y con el tiempo llegué a tatuar.

Gracias a los tatuajes me financié gran parte de mi primer viaje en solitario en el que durante 7 meses recorrí Argentina, Paraguay, Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia. Hoy en día ya no viajo con mi equipo de tatuar porque es bastante pesado y porque he dejado de necesitar esos ingresos extra a la hora de viajar.

Las ilustraciones que aparecen en ‘Yo viajo sola’ también son de Andrea Bergareche. ¡Enhorabuena, son estupendas! ¿Has pensado ilustrar trabajos literarios ajenos a los tuyos? 

Aún no me he planteado adónde me van a llevar mis ilustraciones, pero claro que me encantaría ilustrar trabajos literarios ajenos a los míos. Para mí ha sido un proceso muy bonito y enriquecedor ilustrar ‘Yo viajo sola’ y espero poder seguir ilustrando otros proyectos, tanto relacionados con mis viajes como ajenos.

Coincidiendo con tu primer gran viaje también creaste tu blog, ‘Lápiz nómada’, que cuenta con una comunidad online numerosa y muy activa. Háblanos de este proyecto creativo. 

Me gusta decir que Lápiz Nómada es ese rinconcito online en donde animo a nómadas e inconformistas a viajar más y a hacerlo con creatividad. Efectivamente nació al comienzo de mi primer viaje como una memoria del mismo, pero con el tiempo ha ido creciendo como un ente propio, con unas entrañas repletas de información útil para viajar y narraciones en primera persona de mis aventuras. A día de hoy se ha convertido en mi trabajo y en la plataforma que me permite seguir viajando además de ayudar a otros viajeros y especialmente a viajeras que aún no se atreven a dar el paso de emprender un viaje en solitario.

Andrea moto  Revista Viajes y Lugares

Volvamos a los viajes. ¿Qué países o lugares te han impactado más? ¿Existe alguno al que no regresarías? 

Creo que el país que ha dejado una impresión más fuerte en mi persona además de México –en donde estuve viviendo casi tres años–, ha sido Bolivia. Me encantó su carácter genuino, la figura de las cholitas y la imponente belleza de sus paisajes. También guardo muy buen recuerdo de Vietnam, quizás porque fue mi primer viaje en moto y mi primer contacto con el Sudeste Asiático.

Viajar implica aventura y vivir experiencias diferentes. Háblanos de aquellas que te hayan marcado más. Cuéntanos algunas de esas situaciones que han dejado huella en tus viajes. 

Son muchas las anécdotas y las personas que se han cruzado en mi camino enriqueciéndolo. Recuerdo con mucho cariño a Miriam, por ejemplo, esa señora que me invitó a quedarme en su casa el día que llegué a Tafi de noche, después de una larga jornada de autostop y sin un sitio en donde alojarme. Terminé alojándome en su casa toda una semana y el día que me fui me despidió con lágrimas.

Recuerdo también como uno de los momentos más especiales de mi viaje la tarde en la que, gracias a un artesano que conocí en la plaza de San Nicolás, terminé en una pequeña chichería en las laderas de Cuzco. Creo que era la primera vez que una turista aparecía por ahí. Recuerdo que pregunté tímidamente si podía sacar una foto a los niños que me observaban desde la ventana y me dijeron que sí. Cuando saqué la cámara los niños ya se habían movido pero Alfonso, el dueño, fue hasta su casa y volvió vestido con una chaquetilla y un sombrero para posar ante la lente ocasionando las risas de los tres señores que, además de nosotros, hacían de clientes. Luego me tocó posar a mí con la chaquetilla y el sombrero junto a Alfonso, vaso de chicha en mano, mientras todo el mundo reía grande. Fue un momento muy divertido y especial en mi viaje.

¿Cuál ha sido tu último destino y hacia dónde te diriges ahora? Háblanos de ellos… 

Mi último destino ha sido Turquía donde estuve unos pocos días con mi familia. Fue un viaje rápido y parcialmente organizado que me sirvió para tener un pequeño contacto con el país al que seguramente algún día volveré en solitario.

Ahora mismo estoy en el sur de India, desde hace pocos días. Mi idea es ir subiendo poco a poco hacia el norte hasta llegar a Nepal. Quiero recorrer también Myanmar, Laos, Indonesia, Filipinas y quizás también Japón y China. La verdad es que no tengo mucho plan, solo el deseo de viajar por el plazo de un año e ir improvisando la ruta según vaya avanzando.

Andrea Nihn Binh 2   Revista Viajes y Lugares

¿Cómo ves tu futuro? ¿Te imaginas viajando siempre? 

Quién sabe, el futuro siempre es incierto. Por ahora lo que sé es que quiero seguir viajando pero al mismo tiempo tener un campamento base al que volver en alguna parte. Un lugar donde dejar mis cosas y encontrarlas igual a la vuelta, en lugar de tener que meter mi vida en cajas cada vez que parto hacia una nueva aventura. Quiero tener la estabilidad y la seguridad que te da el saber que tienes un sitio al que volver a la vez que la libertad de seguir viajando. De estar tres o seis meses en casa y los siguientes de viaje, de ir alternando.

Sé también que quiero seguir escribiendo y seguir ilustrando, que me gustaría que cada vez más la ilustración ocupe un lugar importante en mi trabajo.

¿Trabajas en algún nuevo proyecto que puedas avanzarnos? 

Por ahora mi nuevo proyecto es el viaje que acabo de empezar. La idea es viajar por un año entero y seguir recopilando imágenes e historias para futuros proyectos.

Revista Viajes y Lugares

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