​Delft: paseando entre canales

Viajar a los Países Bajos es adentrarse en una tierra donde el agua es protagonista, algo que queda palpable en su arquitectura, y también en su historia y cultura. A lo largo y ancho de este pequeño país europeo, vamos a encontrarnos con encantadores canales, emblemáticos molinos de viento, campos de tulipanes en explosión de color y ciudades que parecen escenarios de cuento. En este lugar especial de Europa, cada rincón esconde una historia fascinante y una belleza sin igual, y Delft es un claro ejemplo de ello. 

Delft, una ciudad que se encuentra en la provincia de Holanda Meridional, es un lugar que lleva consigo un encanto inigualable. Conocida principalmente por ser el núcleo de producción de la famosa alfarería de Delft, caracterizada por sus cerámicas pintadas en blanco y azul, esta ciudad es un pequeño tesoro de los Países Bajos. 

Situada en la región occidental de los Países Bajos, Delft se encuentra rodeada de una red de canales que la atraviesan como venas de vida. Estos canales no solo añaden un aire de serenidad y belleza, sino que también son una parte esencial de la identidad de la ciudad. No es raro ver a muchas personas paseando en barca por estas vías de agua, disfrutando de las vistas de las casas tradicionales que van saliendo al paso. 

Comenzamos paseando por el corazón de Delft. Su casco antiguo es un lugar mágico que parece congelado en el tiempo. Aquí, la Iglesia Vieja se yergue majestuosa como un ejemplo impresionante de arquitectura medieval. Pero esta iglesia es más que una obra maestra de la arquitectura; también alberga el sepulcro del pintor Johannes Vermeer, uno de los maestros de la Edad de Oro de la pintura neerlandesa. Poder visitar la tumba de este ilustre artista es un tributo a la rica herencia cultural de la ciudad. 

Justo al otro lado de la plaza se alza la Iglesia Nueva, un edificio del siglo XV que observa atentamente la animada plaza del mercado. Este lugar tiene una historia fascinante, ya que en su día sirvió como sede de la casa real de Orange, la familia real neerlandesa. Además, en su interior, podemos encontrar el mausoleo de la familia real, un sitio lleno de historia y con un ambiente solemne. 

El Ayuntamiento de Delft, conocido como el "Stadhuis," es uno de los monumentos más impresionantes de la ciudad y un verdadero símbolo de su rica historia y arquitectura. Este majestuoso edificio se encuentra ubicado en el corazón del casco antiguo de Delft, en la vibrante plaza del Mercado, que es el epicentro de la vida social y cultural de la ciudad. 

Este edificio ha sido restaurado y conservado meticulosamente a lo largo de los años, lo que le permite lucir en todo su esplendor hasta el día de hoy. La fachada principal del ‘Stadhuis’ es un espectáculo impresionante, con su elaborada decoración, ventanas ornamentadas y detalles arquitectónicos intrincados. 

Una de las características más notables del Ayuntamiento de Delft es su impresionante torre, que se alza sobre el edificio y ofrece una vista panorámica de la ciudad y sus alrededores. La torre se ha convertido en un punto de referencia emblemático en Delft. Resulta muy buena idea subir hasta lo alto de la torre y ser recompensados con vistas espectaculares de los canales, las iglesias y los tejados característicos de la ciudad. 

Otro de los puntos de esta ciudad neerlandesa que no queremos perdernos es la ‘Oostpoort’, que se traduce como "Puerta Este", es una de las construcciones más destacadas de Delft. Esta puerta monumental, del siglo XV, es un vestigio de las antiguas murallas que rodeaban la población y servía como una de las entradas a la ciudad en tiempos medievales. 

La torre de vigilancia de la ‘Oostpoort’ es uno de los aspectos más destacados de esta estructura. Con su elegante arquitectura gótica y su techo puntiagudo, la torre añade una sensación de grandeza y es un símbolo de la historia de Delft. En su época, estas torres de vigilancia se utilizaban para observar y defender la ciudad de posibles amenazas externas, y hoy en día, la ‘Oostpoort’ sigue siendo un recordatorio tangible de ese pasado. 

Pero Delft es mucho más que su arquitectura y su historia. Sus encantadoras calles adoquinadas están repletas de tiendas que ofrecen productos de la alfarería local, donde podemos comprar auténticas piezas de cerámica pintadas a mano. La artesanía de Delft ha sido una parte integral de la ciudad durante siglos, y la tradición continúa hoy en día. Las tiendas y talleres nos permiten ver de cerca el proceso de creación de estas piezas únicas y llevárnoslas como recuerdo de nuestra visita. 

No se puede hablar de Delft sin mencionar sus mercados callejeros, donde los sabores y olores se mezclan creando un ambiente muy especial. Los mercados de alimentos frescos, flores y productos locales son el lugar perfecto para probar los manjares neerlandeses y disfrutar de la vitalidad de la ciudad. 

Con sus famosas cerámicas, sus animados mercados, sus majestuosas iglesias y con los encantadores canales que atraviesan la ciudad, Delft nos ha conquistado.