Corea del Sur

Changdeokgung y sus mágicos jardines

Ubicado en el corazón de Seúl, el palacio Changdeokgung se erige majestuosamente como un testimonio tangible de la rica historia de Corea del Sur. Construido durante la dinastía Joseon en el siglo XV, este palacio real ha sido testigo de innumerables eventos y cambios a lo largo de los siglos. Es especialmente conocido por su arquitectura histórica y sus hermosos jardines, y fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Cheonjiyeon, la bella cascada surcoreana

Este salto de agua cristalina, de más de veinte metros de altura, se encuentra en Corea del Sur y se ha ganado el reconocimiento de Monumento Natural junto a la gran cantidad de plantas y árboles que lo rodean, un conjunto de naturaleza protegida que resulta todo un espectáculo tanto de día como cuando llega la noche, gracias a las instalaciones de iluminación nocturna que posee el lugar.

Algunos atractivos rincones de la isla de Jeju

Esta isla es uno de los territorios más populares de Corea del Sur. Este pequeño paraíso está declarado Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO y debe buena parte de su belleza a su increíble naturaleza modelada por antiguas erupciones volcánicas.

Gyeongbokgung, el gran palacio de Seúl

Este gran complejo palaciego sirvió de residencia real en Corea durante más de 500 años. Esta imponente construcción del siglo XIV es uno de los monumentos más emblemáticos del país y cuenta con la declaración de Tesoro Nacional.

Hwaseong, la magnífica fortaleza surcoreana

En la ciudad de Suwon, a unos 30 kilómetros de Seúl, se encuentra esta fortificación construida a finales del siglo XVIII. En la plaza de su palacio principal se celebra todos los años el Festival Cultural Hwaseong. Todo el conjunto cuenta con la declaración de Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Seoraksan: aventura, meditación y mucha naturaleza

En Corea del Sur, a escasos kilómetros de la frontera con sus vecinos del norte, se encuentra una zona de espectacular belleza natural. El Parque Nacional de Seoraksan, el preferido de los coreanos, proporciona muchas y variadas opciones de ocio: desde la práctica del deporte en plena naturaleza, hasta la posibilidad de meditar en un ambiente zen.