La ciudad cuzqueña, reconocida hoy día como la urbe arqueológica por excelencia de América y declarada Patrimonio de la Humanidad en 1983, fue capital y ciudad sagrada del imperio incaico. Pero tras la colonización los españoles edificaron basílicas y mansiones donde había templos y palacios incas. De ahí que cada rincón de Cuzco este impregnado tanto de vestigios incas como de la impronta colonial barroca importada de la metrópoli.