El paraíso existe y, sin duda, Tahití es su máximo exponente sobre la Tierra, con un clima cálido durante todo el año, una tradición cultural excelentemente preservada y un entorno de película, flanqueado por arrecifes de coral, una exuberante vegetación tropical y aguas con un sinfín de tonalidades azules. Conecta con la fragancia de sus flores, la hospitalidad de sus habitantes, el espíritu local, su biodiversidad marina y su rica y variada gastronomía.
Conocida como la isla romántica, este lugar paradisíaco seduce al viajero con la belleza de su riqueza natural y con la amabilidad de sus gentes sonrientes. Estamos en uno de los destinos más deseados de la Polinesia francesa.