Vilafamés, el encanto de lo genuino

Nos acercamos a una bonita localidad del interior de la provincia de Castellón, en la Comunidad Valenciana. Una joya patrimonial que despliega todos sus encantos impregnados de historia y tradición. Estamos en un lugar con grandes dosis de autenticidad que parece saludarnos desde lo alto, mientras nos lanza una sonrisa que nos da la bienvenida a sus empinadas calles, esas en las que a lo largo de nuestro paseo vamos a ir descubriendo las huellas de su pasado musulmán.

Queremos pasar unas agradables horas en Vilafamés, pequeña en tamaño y grande en belleza. De hecho, cuenta con un merecido lugar en la lista de los pueblos más bonitos de España. Aquí los puntos fuertes son muchos: una intensa historia, una rica cultura, y una exquisita gastronomía que puede disfrutarse en los restaurantes de la población, locales que, especialmente durante los fines de semana, se llenan con los numerosos visitantes que se acercan a saborear los platos más típicos del lugar, como el tombet, una rica olla tradicional que se acompaña con los buenos vinos que se producen en la zona.

Una de las primeras sorpresas que nos depara esta localidad de la comarca de la Plana Alta es su antiguo lavadero municipal, un lugar en el que en tiempos pasados las mujeres del pueblo se acercaban a lavar sus ropas y a comentar los últimos chascarrillos de la zona.

El pequeño y coqueto núcleo histórico de Vilafamés está lleno de sorpresas… y de cuestas. Aquí todo se encuentra subiendo o bajando por encantadoras y estrechas calles exquisitamente cuidadas, con flores y plantas por todas partes. Llama especialmente la atención la ubicación de algunas casas construidas sobre las rocas.

Precisamente, uno de los grandes símbolos de la localidad es la Roca Grossa. Esta enorme formación geológica, de más de 2.000 toneladas de peso y millones de años de antigüedad, impresiona tanto por su tamaño como por su inclinación y su ubicación en el mismo centro del pueblo. Sorprende cómo puede mantenerse estable en un desnivel tan marcado.

El conjunto histórico situado tras las murallas de Vilafamés, en la parte más alta de la localidad, está declarado Bien de Interés Cultural. En nuestro camino hacia el castillo vamos descubriendo rincones encantadores que nos invitan a parar y a contemplar, disfrutando de la tranquilidad del entorno.

La iglesia parroquial de la Asunción es un alto obligado en nuestro paseo. Data del siglo XVI y sorprende por su considerable tamaño para una localidad de menos de 2.000 habitantes.

No podemos dejar de visitar su interior para disfrutar del bello retablo mayor y de los frescos de la Capilla de la Comunión.

También echamos un vistazo al edificio del Ayuntamiento, una antigua casona señorial que representa un buen ejemplo de la arquitectura civil de Vilafamés. Tras su fachada renacentista también se encuentra el punto de información turística, de útil visita si no queremos dejarnos algunos rincones de la población por visitar.

Encantados con el paseo y casi sin darnos cuenta hemos llegado al llamado Quartijo, el barrio situado a los pies del castillo y el más antiguo de la localidad. Sus callejuelas pequeñas y empedradas son fascinantes y perderse por ellas un auténtico placer. Multitud de flores y plantas nos salen a cada paso. En este punto nos encontramos con la iglesia de la Sangre, una sencilla construcción de origen medieval que nos invita a descubrir en su interior unos interesantes y bellos retablos barrocos.

Llegamos al castillo. Nos encontramos en la cima de la localidad, desde donde se contemplan unas vistas impresionantes. Esta construcción es de origen árabe y desde su posición elevada domina toda la villa. Cuando fue conquistado por Jaime I de Aragón en el siglo XIII, la fortaleza pasó a formar parte de la Orden de Santa María de Montesa y se transformó en un gran castillo-palacio.

El castillo de Vilafamés se encuentra restaurado en la actualidad y conserva gran parte de su estructura antigua. Este magnífico monumento está declarado Bien de Interés Cultural.

Si hasta el momento nos hemos dedicado a ascender hasta lo más alto, ahora toca deshacer lo andado. Iniciamos el descenso, la parte más llevadera del trayecto. Así, más descansados y ligeros, nos acercamos a otra de las grandes sorpresas de esta localidad castellonense: su Museo de Arte Contemporáneo. Con cerca de 40 salas, este espacio museístico cuenta con más de 500 obras de importantes artistas tanto a nivel nacional como internacional. Podemos verlo en el Palau Batlle, un magnífico palacio del siglo XV.

Nuestra visita a Vilafamés llega a su fin. Nos vamos con la promesa de volver para sentirnos de nuevo envueltos por los encantos de esta población que fascina a aquellos que la visitan. Lo que no imaginamos es que aún nos espera otra curiosa sorpresa. Saliendo de la localidad se encuentra el meridiano de Greenwich, esa línea imaginaria que divide al planeta en dos partes iguales, en dos hemisferios: el este y el oeste. Así pues, no nos resistimos a situar cada uno de nuestros pies en un hemisferio diferente y hacernos un selfie que nos encantará mostrar a todo el mundo.

Texto e imágenes: Argentina Marquina

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Revista Viajes y Lugares