Las tradicionales Bodas de Imilchil

Del 20 al 23 de septiembre, en este pequeño pueblo marroquí tiene lugar una de las celebraciones matrimoniales más genuinas del país
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Hablamos de las Bodas de Imilchil, dada su proximidad en el calendario, ya que su celebración está prevista para la segunda semana de septiembre. Imilchil es un pequeño pueblo ubicado en el Alto Atlas central, en el valle de Asif Melloul, a 2.200 metros de altitud. En su paisaje predominan las mesetas que en invierno se cubren de nieve y en verano son bañadas por el sol. Su atractivo más conocido se encuentra en el Morabito de Sidi Ahmed Oulmghani donde se festeja uno de los más famosos Moussem de las novias, una celebración en la que la más autentica tradición se combina con zocos, representaciones de grupos musicales, danzas tradicionales y varias actividades culturales. 

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Dice la leyenda que el Moussem -Bodas de Imilchil- se celebra en Halt Hammar porque los miembros de la tribu Ait Hadiddou llegaron buscando su suerte a esta zona. Acamparon la primera noche y a la mañana siguiente todos sus animales habían engordado de forma milagrosa. Allí se construyó entonces el morabito, una especie de ermita, de Sidi Admed Oulmghami, convirtiéndose en un centro de peregrinaje durante unos días al año. Uno de los tratos más importantes es que se realizan los acuerdos matrimoniales durante esos días.

Algunas familias se instalan con sus haimas en la amplia explanada en busca de marido para sus hijas, llegando hombres que buscan esposa desde todas partes de Marruecos. El lugar se convierte en un gran mercado de novias, donde jóvenes y menos jóvenes se pasean a lo largo y ancho del zoco para ver y ser vistos. El primer día se celebra una boda colectiva con algunas de las parejas que se pactaron el año anterior. Debajo de una gran haima se reúnen hasta treinta parejas con sus mejores galas, ellos de blanco y ellas con coloridos vestidos y sus manos engalanadas con maravillosos dibujos de henna. Después del acto oficial las parejas se dirigen al morabito Sidi Admed Oulmghami para hacerle ofrendas y que éste les proporcione felicidad en el matrimonio.

Muchas mujeres divorciadas y viudas hacen grandes ofrendas al santo para que durante estos tres días puedan encontrar un nuevo marido. A continuación, un grupo de música tradicional canta canciones antiguas de contenido "picante" para animar a los novios en su nueva vida marital. Las mujeres mayores animan la celebración con sus típicos gritos bereberes.

Este gran zoco al aire libre en el que se convierte el Moussem de Imilchil -Bodas de imilchil- suministra todo tipo de productos a los habitantes de la región, productos para el hogar, especies, frutos secos, utensilios, muebles, joyas, prendas de vestir y calzado. Su objetivo principal es abastecerse bien para sobrellevar lo mejor posible el invierno, ya que la zona del Atlas suele quedar incomunicada durante varios meses. Muchas de las familias recorren kilómetros desde sus aldeas, donde su único medio de transporte es el burro, para poder asegurarse un invierno más llevadero.

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La gran tribu de los Ait Hadiddou son el grupo étnico mayoritario del Alto Atlas Central, ubicados en el triangulo que comprende Imilchil, Bou Ouzmou y Agoudal. Es un pueblo rudo acostumbrado a vivir entre montañas áridas y extremas, un grupo bereber que intenta salvaguardar su cultura. Son generalmente semi nómadas y algunos combinan la agricultura de subsistencia con el pastoreo. Se suelen trasladar con el ganado durante seis meses a las zonas altas en verano y los otros seis meses los pasan en las zonas más bajas. Son monógamos y no pueden tener cuatro mujeres como los marroquíes árabes, sin embargo es muy habitual el divorcio, que tanto el hombre como la mujer pueden solicitar. No está mal visto que una mujer esté divorciada como sí sucede en el resto de Marruecos. En el Moussem de las novias se pueden encontrar mujeres de 60 años buscando marido. Ellas son una parte muy importante de la organización social económica de la tribu, ya que son las mujeres las que se encargan de gran parte de las tareas agrícolas, domésticas y de los animales. Cuando le preguntas a una mujer bereber que dónde puedes encontrar a su marido, te responderá: ‘Si lo buscas en verano a la sombra y si lo buscas en invierno al sol’.

Cuenta la leyenda que hubo una época en la que se secaron las fuentes de toda la región excepto las de Imilchil, por lo que dos grupos de los Ait Hadiddou, enfrentados desde hacía tiempo con la familia de los Ait Yazza y los Ait Brahim, decidieron concertar una tregua mientras durara esta situación. De esta forma se alternarían en el abastecimiento del agua. Por la mañana, sería la familia Ait Hadiddou la que podría recoger agua y, por la tarde, serían los Ait Brahim y Ait Yazza. En algún momento de la tregua el hijo de una de las familias y la hija de la otra coincidieron en la fuente y, como era de esperar, se enamoraron perdidamente al más puro estilo de Romeo y Julieta.

La oposición de las familias a aquella unión provocó una gran congoja a los jóvenes amantes, que lloraron con tanta intensidad que formaron los lagos de Isli -el novio- y el lago de Tislit -la novia-. Las familias, ante este despliegue de dolor, finalmente accedieron a la unión. Sin embargo, existe otro final mucho más dramático que cuenta que, ante la desesperación por no poder estar juntos, decidieron lanzarse cada uno a un lago diferente. Arrepentidas y llenas de culpa, las familias permitieron a partir de ese momento la unión entre parejas de ambas tribus. Desde entonces, cada año todas las familias de la región del Alto Atlas Central se reúnen en Halt Hammar para celebrar el gran Moussem que concluye con una gran boda colectiva.

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Si la novia dice la frase mágica ‘tc chent tasa nou’, lo que viene a significar ‘usted ha capturado mi hígado’, se interpretaría como que ella ha encontrado su amor en el hígado, no el corazón, ya que el primero se considera la localización del amor verdadero, porque en la cultura berebere se cree que un hígado sano ayuda a la digestión y promueve el bienestar.

Tradicionalmente, un guiño y un guiño es el lenguaje tácito entre hombres y mujeres en el festival para mostrar interés. Una vez que reciben un gesto de una mujer, si están de acuerdo, pueden tomar sus manos para mostrar su intención. Sin embargo, dejar la mano es una señal de rechazo. Lo curioso de este festival es que si pasado un año cualquiera de los cónyuges quiere separarse, pueden hacerlo simplemente volviendo con su familia o casándose con alguien más durante la siguiente celebración.

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Si quieres conocer más detalles sobre Marruecos, puedes dirigirte a la página de nuestra colaboradora especialista en este país, Susana Álvarez: descubriendomarruecos.com

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