“África es una tierra majestuosa terriblemente esquilmada por nosotros, los ricos del mundo”

Conversamos con Rosalía Arenas y Juan Carlos Garijo, protagonistas de una apasionante aventura por el continente africano, tras la que nació el libro “Nunca sacarás África de ti”
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Seguro que todos hemos soñado en alguna ocasión con lanzarnos a vivir una auténtica aventura africana y disfrutar de los fascinantes contrastes que ofrece este continente. Rosalía Arenas y Juan Carlos Garijo no se lo pensaron dos veces y consiguieron hacer realidad su deseo. Partieron de su tierra, Utiel (Valencia), y tras veinte meses recorriendo este increíble territorio nació “Nunca sacarás África de ti”, un genial trabajo fruto de su apasionante periplo por este territorio extremo. 

¿Quiénes son Rosalía y Juan Carlos? Ella estudió Derecho y Administración de Empresas, llegando a tener un puesto de responsabilidad en una gran compañía. Sin embargo, su vitalidad, su afición por el deporte y su amor por los viajes consiguieron darle un nuevo rumbo de su vida. Él es Ingeniero Agrónomo y Doctor en Oceanografía. Ha cruzado en barco varias veces el Atlántico y ha dormido más de trescientas noches bajo el cielo inmenso de alta mar. Ha recorrido más de cuarenta países y se ha bañado en todos los océanos del mundo.

Conversamos con ellos para conocer todos los detalles de su gran aventura africana.

Calandula, Angola

Vuestro apasionante periplo por África duró veinte meses. ¿Qué os animó a recorrer este continente? ¿La idea inicial era estar un período tan largo o el propio viaje os fue marcando los tiempos? 

Salimos de casa para recorrer el mundo sin fecha de vuelta. O, como solemos decir, «sin horario ni fecha en el calendario». De modo que, sin un plan ni una ruta marcada, fuimos dejando que el propio camino guiase nuestros pasos. El viaje para nosotros hace tiempo que dejó de ser tal cosa para convertirse en la propia vida, así que, simplemente fuimos dejando que los días y los momentos sucediesen sin más. En cuanto a empezar por África… Se trataba de recorrer el mundo ¡y la orilla africana se ve desde la española! Así que, ¿por qué no? 

¿Qué comentarios recibisteis de vuestros amigos y familiares cuando les contasteis vuestra intención? 

«Ya se sabe lo que es África», solían decirnos al principio, «hambre y guerras nada más. De allí no volvéis vivos». Sin embargo, conforme fueron viendo en nuestros ojos que estábamos decididos, sus discursos fueron mudando hasta convertirse en apoyo. La voluntad firme es un arma muy poderosa. 

¿Con qué ojos explorasteis África, con los del viajero curioso o con los del viajero que quiere sentir como un local? 

Salimos al mundo para conocer sus realidades. Sin expectativas. Sin esperar siquiera que fuese a gustarnos lo que ofrecía. Únicamente deseábamos fundirnos con los lugares, ser dos más entre sus gentes, a fin de absorber así su máxima esencia y pureza. Nunca hemos buscado lugares señalados en mapas ni fotografías que enmarcar. Solo recorremos el mundo y dejamos que la vida suceda, sin más. 

PORTADA ÁFRICA

Tras vuestra aventura nació el libro ‘Nunca sacarás África de ti’. Sois grandes viajeros y habéis recorrido muchos puntos del planeta, ¿por qué de entre todos ellos decidisteis escoger África para que protagonizara este completo trabajo literario? 

Como decíamos antes, todos solemos dar por sentado que África no es más que hambre, miseria, suciedad, guerras y muerte. Pero muy pocos son los que se preguntan a qué es debido: por qué el continente es así y está donde está.África es una tierra majestuosa terriblemente esquilmada por nosotros, los ricos del mundo. Su naturaleza y sus gentes merecen un altavoz. Sabemos que es difícil pero, a través de nuestro libro, nos gustaría que el lector reflexionase sobre algunos de los porqués del África actual.

Sois autores del blog ‘Ver, oír y viajar’, en el que plasmáis vuestras experiencias por el planeta y en el que podemos encontrar vuestro libro. ¿También se puede encontrar en tiendas físicas? 

Sí, por supuesto. Se puede encontrar en la Librería Patagonia, en Valencia, y en Utiel (Valencia), en la Papelería La Bruja Piruja, en Gráficas Llogodí, en Tangos en la roca y en El Tollo.

África es un gran continente e imaginamos que os habéis encontrado importantes diferencias entre territorios y países. ¿Qué destacaríais de la gran diversidad del continente africano? 

Decía el gran Kapucinsky que «salvo por el nombre geográfico, África no existe», y definía al continente como «un cosmos heterogéneo de una riqueza extraordinaria». Y es que bajo el techo de lo que —desde Occidente— hemos simplificado como África habitan más de mil millones de almas, ramificadas en miles de culturas, lenguas, etnias y costumbres diferentes. Valga como ejemplo el territorio que los europeos acotaron el pasado siglo como «Camerún», en el que hoy día conviven más de doscientos ochenta grupos etnolingüísticos distintos. O algunos pueblos en el desierto namibio, en los que vimos cómo las personas se comunicaban solo con aquellos pocos que compartían su misma lengua.

Gabón

¿Qué aspectos y lugares del continente africano os han fascinado más y cuáles -si los hay- os han perturbado o contrariado? 

África es muy intensa y poderosa. Tan pronto aborrecíamos sus carreteras destrozadas o su caos y su falta de soluciones, su crueldad y sus armas por todas partes o el que muchas personas nos considerasen únicamente el blanco que traía regalos como, en un segundo, África mudaba su rostro y nos eclipsaba con sus espacios vírgenes y su naturaleza primitiva y salvaje o con su luz y sus tormentas desbocadas. Amábamos la sencillez y bondad genuina de sus gentes.

Existe una imagen romántica del continente africano que nos dibuja puestas de sol impresionantes, animales salvajes en libertad y culturas tribales, y otra muy diferente que nos habla de guerras, crisis y precariedad. ¿Qué África habéis encontrado en vuestro viaje?  

El continente encarna en sí la esencia misma de la contradicción, el todo y la nada manando a un tiempo de la misma fuente. Lo hermoso y lo horrible, el amor y el odio, y la alegría y la tristeza se manifiestan a un tiempo y de forma desbocada por cada rincón del continente. África tiene tantas caras como pliegues en su piel de arcilla.

Namibia

El libro profundiza en muchos temas fundamentales que dibujan el África actual: precaria sanidad y educación, racismo, inestabilidad política y económica, la situación de la mujer… De estos y otros aspectos, ¿cuál creéis que está siendo el más nocivo para el continente en el momento presente? 

El neocolonialismo por parte de Occidente. Nosotros lo vemos como un rodillo que aplasta las tradiciones y culturas africanas, al tiempo que despoja al continente y crea personas altamente dependientes e indefensas. Un sistema que integra al continente en una globalización únicamente de consumo. Nada de acercar la sanidad, la educación o la técnica que permita el autodesarrollo. Al contrario: generar falsas necesidades, valiéndose de la misma dependencia e ignorancia que el propio sistema impone.

¿Os ha roto muchos esquemas este viaje? ¿Os ha cambiado la percepción que teníais sobre el continente? 

Ahora sabemos que África no es una tierra maldita ni ha ocupado siempre el «lado malo del mundo». Es la cuna del hombre y, como tal, es una tierra majestuosa, quizá la más rica y propicia para la vida. No es solamente desiertos, hambrunas, sequías y vacas en los huesos. África es igualmente lluvia y selvas, ríos inmensos y tierras increíblemente fértiles; es gentes pacíficas y sonrientes, que gozan de vidas plenas y sencillas, y que viven conectadas a la tierra de una forma que nosotros ya olvidamos hace tiempo.

Botsuana

¿Se sufre algún tipo de ‘jet lag mental’ al volver a vuestra casa en Utiel tras una aventura tan intensa por África? 

Un auténtico choque. Después de pasar hambre, comer arroz y más arroz y probar la carne con esfuerzo, nos duele cómo se desprecia aquí a veces algo tan elevado como el alimento. Quizá si todos fuésemos menos caprichosos y materialistas, no rindiésemos culto a las apariencias, y mirásemos más hacia la Naturaleza en lugar de idolatrar al dinero, encontraríamos algo más de equilibrio a nivel individual y colectivo. Pero, eso sí, para despertar es necesario abrir nuestro campo de visión, salir de nuestra esfera y conocer otras realidades.

Imaginamos que conserváis muchas amistades tras vuestra larga aventura. ¿Tenéis noticias de cómo están viviendo esta época de pandemia en territorio africano? 

Hace unos días, por ejemplo, contactamos con un amigo beninés. Al igual que aquí, cubrirse con mascarilla es allí obligatorio. Ahora bien, para una economía de subsistencia en la mayoría de familias, tales medios básicos resultan prohibitivos, pues cuestan lo mismo en Benín que aquí en Europa. Ello se traduce —nos decía— en que muchas personas deben decidir entre comer de forma adecuada o cubrirse nariz y boca. De modo que son pocas las personas que pueden protegerse, y, sin embargo, los números en Benín son mucho menos negativos que en Europa… Todo es, cuando menos, sospechoso.

Baobab, Botsuana

Si alguien siente deseos de visitar África por primera vez, ¿qué le recomendaríais para que lograra descubrir toda su esencia? 

Más que un mundo, África es un universo paralelo al nuestro, donde la vida se rige de acuerdo a unos paradigmas que muchas veces no podemos ni imaginar desde aquí. De modo que, además de mucho tiempo y pocas prisas, le diríamos que intentase vaciar su mente, que tratase de «olvidar» nuestras formas de entender la vida, para absorber así la esencia que la vida allí destila, sin juzgar ni comparar. 

¿Habéis proyectado volver a África? Cuando la pandemia lo permita, ¿cuál será vuestro próximo destino? 

Rocinante, nuestro todoterreno, está esperándonos en la Tierra del Fuego chilena. Allí lleva parado desde que nos vimos obligados a volver a España en abril. De modo que, en cuanto podamos, volveremos con él para continuar con nuestro proyecto de vida: recorrer el mundo sin fecha de vuelta. Como primeros pasos, remontaremos la cordillera andina hacia el norte con la idea de llegar algún día a Alaska. Y después a Asia. Aunque quién sabe cuándo ni por dónde. Pues, como solemos decir, el viaje interno… es infinito.

Cataratas Victoria, Zimbabue

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