Sarajevo, un crisol de culturas, etnias y religiones

La capital bosnia, asediada en el conflicto bélico de los Balcanes durante cuatro largos años, ha resurgido de sus cenizas y conserva el aroma otomano y la ascendencia austro-húngara
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Sarajevo fue triste protagonista durante el siglo XX por ser el origen del comienzo de la I Guerra Mundial tras el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria y su mujer en 1914 y por el asedio que sufrió entre 1992 y 1996 durante la guerra de los Balcanes, soportando infernales bombardeos a diario de las milicias serbobosnias. Pero la capital bosnia ha resurgido cual ave fénix.

Aún perduran viejas heridas en algunas partes de la ciudad. Y como testigo directo del conflicto se conserva el llamado Túnel de la Esperanza, un pasadizo oculto de casi 1 kilómetro de longitud junto al aeropuerto, utilizado por la población bosnia para el transporte de víveres y armamento a la zona sitiada.

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Asediada, lacerada y destruida, la capital de la actual Bosnia-Herzegovina ha ido recobrando su belleza. Su casco antiguo, de preponderante raíz turca, está poblado de ilustres edificios de arquitectura otomana, de calles estrechas, angostas y sinuosas, de bazares y mercadillos.

Bosnia y Herzegovina es un crisol de culturas que tiene su espejo en Sarajevo, con influencias otomanas y austro-húngaras, los dos imperios que la sometieron durante siglos. La capital rezuma aroma de urbes árabes y conserva la estampa de ciudades neoclásicas centroeuropeas.

Tranvia por las calles de SarajevoTranvía por las calles de Sarajevo

La diversidad de creencias religiosas está muy presente en la ciudad conocida también como la Jerusalén de Europa. La única del viejo continente que alberga una mezquita, una iglesia ortodoxa, una catedral católica y una sinagoga en el mismo barrio. Cuatro religiones y cuatro culturas conviviendo juntas respetuosamente, aunque desgraciadamente no fue siempre así.

El centro histórico

Al fondo, Mezquita de Gazi Husrev BeyAl fondo, Mezquita de Gazi Husrev Bey

Si se pasea tranquilamente por el casco histórico de Sarajevo, conocido como Bascarsija, de poderosa ascendencia otomana, se puede contemplar el encanto de la Mezquita de Gazi Husrev Bey, que data del siglo XVI , el lugar de culto musulmán más importante de la capital bosnia y una de las muestras más tangibles del pasado turco.

Fuente de madera de SebiljFuente de madera de Sebilj

Así como de un gran bazar colmado de pequeños puestos y tiendas en las cuáles se puede encontrar de todo. Pero si la plaza Bascarsija es el punto neurálgico del barrio otomano, la fuente de madera de Sebilj, del siglo XVIII, es el lugar de encuentro. Dice la leyenda que quien bebe de ella volverá a Sarajevo.

Catedral del Sagrado CorazónCatedral del Sagrado Corazón

Aparte de la gran mezquita anteriormente mencionada, los más afamados lugares de culto disgregados por la ciudad, muy presentes en toda Sarajevo, son la barroca iglesia ortodoxa serbia de la Natividad concluida a finales del siglo XIX, la catedral católica neogótica del Sagrado Corazón de idéntica época y la más grande de toda Bosnia y Herzegovina y la sinagoga de Sarajevo, de principios del XX, ubicada junto al río Miljacka.

Una palpable muestra de edificios religiosos que reflejan la variedad de creencias que siempre cohabitaron en paz y armonía en esta ciudad.

Otros lugares de interés

Tanto el Puente Latino como la Biblioteca Nacional (originalmente utilizado como ayuntamiento) se constituyen como los lugares con mayor historia de Sarajevo.

Fachada de la Biblioteca NacionalBiblioteca Nacional

En el primero de ellos, nombrado así porque antaño conectaba la ciudad con el barrio católico, aconteció a pocos metros de allí el atentado que desencadenó la I Guerra Mundial que supuso el asesinato a tiros del archiduque Francisco Fernando y su mujer. Al final del mismo se halla un museo en el que se puede ver al detalle la historia de Bosnia.

Puente LatinoPuente Latino

Mientras que el segundo, sufrió la ira del ejército serbobosnio que la bombardeó durante la noche del 25 al 26 de agosto de 1992, reduciendo a cenizas más del 80% de su rico patrimonio literario y documental que albergaba gran parte de la tradición cultural del país. Reconstruida en su totalidad, la Vijecnica, su nombre en bosnio, conserva el estilo morisco con detalles arabescos que han sido restaurados fielmente.

El mercado de Pijaca, que sufrió lamentablemente dos ataques aéreos serbios en 1994 y 1995 en el que perdieron la vida más de cien civiles y que significaron el preludio de la intervención internacional en la guerra balcánica, y el monumento de la llama eterna en Ferhadija la principal calle peatonal de la capital, que rinde honores a los muertos de la II Guerra Mundial, son otros dos lugares de inusitado interés.

Y frente a Sarajevo se ubican sus renombradas colinas, lugar desde donde las tropas serbobosnias hostigaron con francotiradores allí apostados a la población civil, perdiendo la vida más de 12.000 personas en los cuatro años de asedio. Desde allí se vislumbra en toda su extensión el encanto de la ciudad.

Cementerio de KovaciCementerio de Kovaci

Precisamente en la ladera oeste se emplaza el cementerio musulmán de Kovaci, también conocido como el Cementerio de los Mártires y próximo al centro, en el que reposan en sus tumbas blancas los restos mortales de numerosas personas que murieron durante la conflagración armada.

En Sarajevo convergen Oriente y Occidente y la diversidad, su máxima expresión. 

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