Aunque algunos de los grandes momentos de Le Havre, la puerta del Sena al mar, se sitúan a finales del siglo XIX, cuando los grandes pintores impresionistas como Monet, Pisarro, Renoir, Sisley, Boudin o Raoul Dufy plasmaron en sus cuadros la belleza de su paisaje y de sus alrededores, como Etretat, Deauville, Honfleur y la un poco más lejana Giverny donde Claude Monet vivió durante 42 años, y el comienzo del siglo XXI vio la grandeza de las obras de grandes arquitectos, como Jean Nouvel, Reichen y Robert hasta hacer realidad el calificativo "Le Havre, Manhattan sur mer", en realidad es el siglo XX el que resulta definitivo para crear la entidad que hoy es Le Havre.
Silencio, calma y brisa es lo que se siente al llegar a la Laguna Garzón y contemplar el paisaje panorámico de la reserva natural. Sobre el horizonte se divisa la silueta de deportistas que practican kitesurf, windsurf o stand up paddle sobre el lago. Sin embargo, lo que más destaca es su original puente, auténtica fusión entre arquitectura y belleza natural, con su forma de anillo sostenido por columnas y una funcionalidad que permite el libre flujo del agua, el uso de embarcaciones y el cruce peatonal para disfrutar del paisaje.
El modernismo es una de las señas de identidad culturales de Tarragona gracias a figuras como Josep Maria Pujol de Barberà, Josep Maria Jujol o el mismísimo Gaudí, cuyas obras forman parte de una interesante Ruta Urbana.