Formentera no necesita presentación. La hermosa isla mediterránea del archipiélago balear es pequeña en tamaño, pero muy grande en atractivos y encantos naturales y playas de aguas cristalinas, lo que la convierte en un destino muy popular. Recorrerla en moto es considerado por muchos la mejor opción para explorar sus maravillas.
Por primera vez en su historia, la revista Viajes National Geographic ha convocado unos premios a los mejores destinos del mundo. Los finalistas comparten valores como la innovación, la sostenibilidad a todos los niveles o la apuesta por un turismo no invasivo. Formentera, como mejor destino de playa del año 2023 representa a la perfección estos valores.
Formentera no solo es el ‘ultimo paraíso del Mediterráneo’; también es un auténtico ‘laboratorio de sostenibilidad’ por la apuesta que lleva haciendo desde hace unos años por la sostenibilidad, manteniendo ese equilibrio natural y emocional que tanto cautiva al visitante. Una apuesta no solo medioambiental, sino también económica, social y cultural que le ha valido el Premio al mejor ‘Destino Sostenible de Costa’ en la 2ª edición de los Premios VIAJAR.
Viajar con hijos –sobre todo si son pequeños– puede convertirse en una ‘tortura’ para muchos padres a la hora de convencerles para visitar lugares patrimoniales o naturales que quizá a ellos les atraen menos que las playas. ¿Cómo lograrlo? Formentera ha dado con la clave: ¡Jugando! Siguiendo las diez pistas de su ‘Gincana familiar’ descubrirán una decena de los más importantes lugares de la menor de las Pitiusas.
Del mar a la tierra y, alzando la vista… ¡al cielo! Menuda en tamaño, pero grande en emociones, la menor de las Pitiusas no tiene límites a la hora de experimentar con los cinco sentidos. En plena primavera, ofrece una escapada sideral con ‘Formentera Astronómica’, un apasionante weekend con talleres infantiles, telescopios y fotografía nocturna, además de cenas temáticas y observación de estrellas. ¿Preparados para despegar?
Hace tres siglos Formentera era conocida como la ‘isla del trigo'. Y es que –a sus paradisíacas playas de aguas cristalinas, sus dos mágicos faros y su salvaje entorno que tanto atrapan al visitante– une media docena de molinos de viento perfectamente integrados en su paisaje. Forman parte del patrimonio etnográfico de la menor de las Pitiusas y son testimonio de la importancia que tuvo el trigo, para obtener el pan. Un paseo para descubrirlos es otra manera de inhalar la más pura esencia rural de una isla respetuosa con el medio ambiente.
Por su salvaje belleza, Formentera es el escenario ideal para dar rienda suelta a la pasión por la fotografía. Y si a ello le unimos seis talleres y once ponencias en los que descubrir todos los secretos del apasionante mundo de la imagen, el cóctel experiencial roza lo sublime. Este año, el Puente del Pilar puede ser la excusa perfecta para una escapada a esta isla balear y disfrutarla de una manera diferente.
Esta isla balear es pequeña en dimensiones, pero enorme en belleza. Conocerla es amarla, por ese motivo el sol nunca quiere alejarse demasiado de este pequeño trocito de paraíso. Con sus poco más de 80 kilómetros cuadrados, es un territorio amable que se recorre fácilmente. Abundan las playas y pequeñas calas de aguas azul turquesa rodeadas del verde intenso que les proporciona la rica vegetación.
Historia, cultura, arte, naturaleza, todo esto y mucho más tenemos la inmensa suerte de tenerlo en nuestro país. Repartido en los más de 8.000 municipios que conforman España encontramos algunos de los rincones con más encanto que uno se puede imaginar y que están esperando a ser descubiertos; ya sean villas medievales, pueblos de pescadores o aldeas cerca de las cumbres más altas de los Pirineos todos tienen algo que ofrecernos.
Un fascinante espejo natural que refleja los cambios cromáticos de cada momento del día sorprende a quienes se lanzan a disfrutar de las playas del norte de Formentera, entre ellas la mítica Ses Illetes. Historia, naturaleza y economía se fusionan en esta geométrica zona de estanques donde cristaliza la sal hasta alcanzar su mágico tono rosado. Es la parte más fotogénica de un Parque Natural que, en la menor de las Pitiusas, engloba también sus dos lagunas.
Año nuevo, vida nueva. Más allá de cualquier tópico, es el gran deseo con el que todos iniciamos un nuevo periplo vital. Y en este recién estrenado 2021 mucho más si cabe tras el durísimo año anterior, marcado para siempre por la pandemia. ¿Dónde volver a recuperar la ilusión? En un lugar puro por naturaleza, un paraíso cercano, un oasis de paz y relajación mecido en las tranquilas aguas del Mediterráno. Un lugar... como Formentera. Estas son las 10 pistas para disfrutar intensamente de esta isla balear.
¿De vinos en Formentera? Pues… ¡claro que sí! La menor de las Pitiusas no solo cautiva por sus atractivos naturales (playas y calas, rutas verdes, birding…); la gastronomía es también plato fuerte de sus valores turísticos; y en ella cobran protagonismo los vinos. Dos bodegas –Cap de Barbaria, al sudoeste, y Terramoll, en el altiplano de la Mola, ambas del año 2000– hacen que los amantes del enoturismo también puedan disfrutar del mismo entre chapuzón y chapuzón, saboreando los peculiares vinos que produce la isla. ¡Salud!
En gran parte del territorio español, la fase uno de la desescalada por el coronavirus ya ha llegado y ha sido recibido como agua de mayo. Los ciudadanos ansiaban el momento de poder volver, aunque sea de forma progresiva y muy poco a poco, a la normalidad. Si las cosas continúan su curso y el ritmo de contagios sigue disminuyendo, está prácticamente confirmado que los españoles podrán viajar alrededor del territorio nacional durante este verano que se avecina.
Silencio absoluto para escuchar a la naturaleza en estado puro. El suave murmullo del Mediterráneo, acompasado con el delicioso cántico de los pájaros que revolotean por el Estany Pudent y el Estany des Peix. Ésta ha sido la mágica sinfonía del desconfinamiento...
El despertar de la primavera pilló a Formentera –como al resto de España¬– sumida en un profundo sueño. Pero un mes y medio después, será la primera en despertar.... de la pesadilla. Ese aislamiento de (casi) todo, al ser accesible solo por mar, lejos de ser defecto se ha tornado en virtud: la de preservar su más pura esencia sin apenas contaminación coronavírica. Un ‘laboratorio de sostenibilidad’que ahora lo será también para comprobar que ‘sí, se puede’ recuperar la ilusión.
Paso a paso o a golpe de pedal, la isla balear destila paz y sosiego. Un destino slow life que apuesta por la sostenibilidad como dinamizadora del equilibrio emocional
Su pradera submarina de Posidonia Oceánica, Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1999, depura el agua y alimenta el ecosistema marino de las Pitiusas.
La niña bonita del Mediterráneo es la joya de las Islas Baleares, un pequeño paraíso con multitud de atractivos. Uno de esos momentos que se esconden para siempre en la memoria -y también en la retina- son sus preciosas puestas de sol. Sin embargo, las mañanas en la isla son igual de mágicas. Los buenos días a primera hora, suenan mejor con el telón de fondo que guarda el Mediterráneo. Los amaneceres de Formentera son el inicio ideal a un día completo, sea cual sea, la época del año.
¿Quién dijo que el frío no tuviera color? Cuando se dibuja el invierno se suele hacer en blanco y azul, colores que nos trasladan a esta época del año. Formentera, una isla de hechizo y magia, también se plasma en esos mismos tonos, con una diferencia: ella no es fría, si no todo lo contrario. Su arena es blanca, alcanzando un toque dorado, cálido y acogedor.
Calas que se funden con las formaciones rocosas del paisaje, largas orillas de arena blanca, aguas azul turquesa, bosque mediterráneo a pie de costa… Entre Mallorca, Menorca, Ibiza, Formentera y el archipiélago de Cabrera suman tal cantidad de playas que podrías pasar media vida recorriéndolas y, casi seguro, no las conocerías todas. Para hacerte la vida más fácil, hemos seleccionado las 10 imperdibles en las que remojar los pies (y el cuerpo entero).