Los perros pueden ser excelentes compañeros de viaje, pero incluirlos en los planes vacacionales exige a los propietarios un alto grado de planificación. No solo se trata de reservar alojamientos que acojan a los peludos y decantarse por planes al aire libre en los que puedan disfrutar de ese tiempo de calidad a nuestro lado, sino también de asegurar que su alimentación les ayude a adaptarse a los cambios de rutina que experimentarán durante los días de asueto.
Picart, empresa fabricante de alimentos para animales de compañía, ha recopilado una serie de pautas nutricionales de su equipo de veterinarios para no olvidar nada en la maleta de nuestra mascota antes de salir de viaje.
1. Ingredientes de alta digestibilidad contra la ansiedad del viaje
Por la comodidad que ofrece, el coche es el vehículo más habitual con el que nos desplazamos con nuestra mascota durante las vacaciones. “A la hora de prepararlos para el trayecto, no solo hay que pensar en el mareo en la carretera, sino también en cómo la ansiedad puede afectar a su sistema digestivo”, señala Xavi Bará, director técnico de Picart. Una rutina calmada antes de la partida, un ayuno controlado en las cuatro horas previas al viaje si hay antecedentes de vómitos y agua fresca durante el trayecto son hábitos que pueden hacer el camino más llevadero.
Pero cuando estamos en ruta con nuestro peludo, también es importante elegir alimentos que cuiden su sistema digestivo: proteínas magras como pollo o pavo cocidos; comidas con bajo contenido en grasa para reducir el riesgo de malestar, e ingredientes funcionales como postbióticos, probióticos y prebióticos, que ayudan a mantener el equilibrio de la microbiota intestinal cuando se usan de forma continuada. Por el contrario, conviene evitar ingredientes irritantes como condimentos fuertes, especialmente si el perro no está acostumbrado a ellos.
2. Despertar el apetito con alimentos sabrosos, húmedos y conocidos
Un riesgo con el que lidian las familias durante las vacaciones es la pérdida de apetito que experimenta su perro o gato al encontrase en un entorno desconocido. Ante esta posibilidad, Picart recomienda optar por alimentos con los que el animal esté familiarizado y cuya ingesta sea placentera. No solo se trata del aroma, sino también de la textura crujiente o suave del alimento. El aroma y la palatabilidad son clave. “No solo mejoran la ingesta, sino que también pueden tener un efecto reconfortante y ayudar a reducir el estrés digestivo”, apunta Xavi Bará.
Conviene elegir recetas comerciales donde los ingredientes estén cocinados suavemente y que contengan palatantes naturales, desde extractos de levadura o hidrolizados de proteína hasta aceites vegetales. Incorporar a la dieta comida húmeda, que habitualmente es la preferida por perros y gatos, también ayudará a reconfortar a la mascota.
Hay que tener en cuenta que la alimentación puede actuar como un ancla emocional que aporta seguridad al animal de compañía. Mantener horarios fijos aporta previsibilidad, uno de los valores que más seguridad y bienestar aportan a los peludos.
3. Ajustar la cantidad a la época estival
Si bien es cierto que la cantidad recomendada de alimento suele estar ajustada al peso, edad y condición física del animal, las necesidades energéticas del perro pueden alterarse en verano por los cambios en su nivel de actividad. Ante viajes prolongados, actividades intensas o cambios notables en la rutina, puede ser recomendable optar por fórmulas con un contenido superior en grasa o proteína que ofrezcan una mayor densidad energética para compensar a nivel calórico la reducción de la ingesta propia de las épocas calurosas. Sin embargo, el calor puede provocar una disminución de la actividad física y, por consiguiente, una disminución de la necesidad calórica. Por eso es recomendable que cualquier ajuste significativo en la dieta del animal esté indicado por un veterinario.
En caso contrario, los tutores pueden caer en el riesgo de sobrealimentar a su peludo. “Al compartir más momentos con los animales, es fácil que acabemos consintiéndolos en exceso con comida húmeda, snacks o incluso algún capricho humano”, advierte Xavi Bará. “Los premios calóricos pueden desequilibrar la ingesta energética diaria y provocar un aumento de peso sin que lo notemos de inmediato. Un paseo a la sombra, un rato de juego tranquilo o estar cerca de ellos puede ser tan nutritivo emocionalmente como cualquier snack”, añade.
4. Conservar el alimento en ruta
Para que la comida del animal mantenga su calidad y todos sus nutrientes durante el viaje, es importante protegerla del sol directo, las fuentes de calor y las zonas húmedas como sótanos o garajes. Igualmente necesario es descargar el pienso del coche tan pronto como lleguemos al destino de vacaciones y guardarlo en un espacio fresco y seco. Después de cada uso, el envase debe quedar cerrado herméticamente para que la comida no pierda frescura o se vuelva rancia. Aunque los envases originales están diseñados para mantener las propiedades de los alimentos, usar bidones de plástico con tapa hermética puede aportar una seguridad añadida mientras estamos en ruta. Antes de introducir en ellos las croquetas, habrá que asegurarse de que estén limpios y secos.
Tanto si usamos el recipiente original como uno distinto, es imprescindible tener bajo control la fecha de caducidad. Apuntarla en una etiqueta y evitar la mezcla de comidas con distintas fechas de caducidad servirá para no perder la cuenta en caso de cambiar de envase.
5. Tener en cuenta las preferencias felinas
Debido a la predilección felina por mantener las rutinas inalteradas, muchas familias prefieren dejar a sus gatos en casa a cargo de una persona que los cuide. Si aun y así decidimos viajar con ellos, la alimentación puede ayudarnos a proteger su sistema urinario y digestivo. Lo principal es evitar cambios bruscos en la dieta y, en caso de que sea necesario introducir alguna modificación, esta debe ser gradual y progresiva durante una semana.
Por otro lado, la comida húmeda y altamente digestible ayuda a mantener la hidratación y reduce el esfuerzo digestivo. Si el animal es propenso a la formación de cristales y cálculos de fosfato inorgánico, existen en el mercado fórmulas específicas para el tracto urinario.
El viaje será más agradable para el minino si tiene agua fresca siempre disponible en su bebedero habitual, pequeñas porciones de comida húmeda y rutinas de alimentación estables.
Más allá de estas recomendaciones concretas, Picart recomienda adaptar cualquier estrategia nutricional a las necesidades individuales del animal de compañía y a su temperamento. La paciencia, la observación y pequeñas acciones como ofrecer su comida favorita o incorporar alimentos suaves y digestivos pueden ser gestos de cuidado emocional muy beneficiosos. A este respecto, es importante asegurarse de que el pienso sea natural, equilibrado y de alta calidad.
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