La seguridad en la conducción y la longevidad de los neumáticos pueden mejorarse con un sencillo hábito: la regulación de la presión de aire de los neumáticos. La presión debe ser mayor en invierno que en verano. También es necesario aumentar la presión de los neumáticos cuando la carga es mayor de lo habitual.
Los días en los que los propios conductores eran los encargados de reparar sus vehículos con herramientas de casa han quedado atrás.